Katie Rosellen: Educación, inspiración y equilibrio creativo, descubre todo previo a MADRID BLOOMS
¿Podrías contarnos cómo comenzaste en el mundo del diseño floral? ¿Cuál fue tu primer trabajo?
Tenía 16 años cuando conseguí mi primer trabajo en una floristería. Era la encargada de limpiar después de que los diseñadores terminaban, así que pasaba mucho tiempo observándolos trabajar. Aprendí muchísimo en ese trabajo y me marcó mucho. Me encantaba el flujo del trabajo y disfrutaba barrer y ordenar. Fue un gran comienzo. Si te gusta esa parte, sabes que estás en el lugar adecuado, es una parte importante del trabajo. Más tarde, a los 19, fui a una escuela de diseño floral, y eso me cambió la vida. Aprendí de una florista local que llevaba años con su tienda; enseñaba desde un lugar de pura pasión, y se notaba cuánto amaba lo que hacía. Nos llevaba a conocer diseñadores y estilos muy distintos, y eso fue súper inspirador para mí. Ahí fue cuando realmente me sentí como una artista. Siempre supe que lo era, pero no había encontrado el medio adecuado para expresarme. Con las flores, todo encajó.
¿Cuándo te contrataron por primera vez como diseñadora floral?
Mi primer trabajo como diseñadora floral fue para mi propia boda, y después para la de mi mejor amiga. Fue increíble y súper emotivo. Puso el listón altísimo desde el principio, porque fue una experiencia única. Desde ahí, supe que cada diseño tenía que ser algo especial para mí.
¿Cuál es tu sello como diseñadora floral?
Siempre vuelvo al color morado, no sé por qué, pero me atrae mucho. Creo que es la mezcla perfecta entre rojo y azul, y combina con casi todo. Me encanta trabajar de forma minimalista. Aunque he hecho arreglos súper maximalistas, con muchísimas variedades de flores, siempre regreso a lo sencillo: usar una o dos variedades, máximo tres. Uno de mis favoritos es el morado de los allium, también las campánulas. Tengo como 50 arbustos de lavanda en mi jardín, todos en tonos morados.
“Me gusta pensar que las flores pueden transformar cualquier espacio. Quiero que la gente sienta alegría al encontrarlas, porque es increíble lo que pueden provocar.”
¿Qué o quiénes te inspiran más?
Definitivamente, las pinturas. Antes de ser florista, pasé mucho tiempo mirando cuadros e intentando entender cómo funcionaban los colores y las formas. Muchas de mis ideas vienen de ahí. Cuando empecé a pintar, me di cuenta de lo conectada que me siento con esa inspiración. Me encantan los maestros holandeses, pero también las acuarelas sueltas y los retratos figurativos. Además, el movimiento me inspira mucho, como el ballet. Me fascina verlo, y a veces siento que mis flores pueden moverse como lo hacen los bailarines.
¿Cuál ha sido la experiencia más importante en tu carrera?
Aprender a estar quieta. Siempre estoy tan enfocada en las temporadas de floración, en la primavera y el verano, que cuando todo se detiene en otoño e invierno me cuesta. He tenido que aprender a valorar la calma, a esperar y escuchar. Esa pausa es fundamental para que lo demás sea tan emocionante. Es un equilibrio que como artista necesitas. Y aunque no siempre es fácil, el tiempo de espera vale la pena porque lo que viene después es increíble.
¿Qué te llevó a enfocarte en la enseñanza?
Tuve una gran maestra, y eso me inspiró desde el principio. Descubrí que me encanta enseñar, casi tanto como diseñar. Me parece que compartir lo que he aprendido en estos 35 años es una forma de devolver algo a los demás. Además, la enseñanza es algo que puedo hacer en invierno, así que encaja perfecto.
¿Qué prácticas sostenibles sigues en tu día a día como diseñadora floral?
Intento usar flores locales siempre que puedo. Muchas veces diseño con lo que tengo en mi propio jardín, incluso con maleza. Creo que cuanto más cerca estén las flores de casa, mejor para el planeta. Para mí, la sostenibilidad y las flores van de la mano. Si no cuidamos la naturaleza, nos quedamos sin diseño floral. Me alegra que cada vez se hable más del tema. Todos podemos hacer pequeños cambios, como buscar alternativas al plástico en los pedidos de flor.
Cuando las personas ven tus diseños florales, ¿qué esperas que sientan?
Espero que sientan alegría. Siempre es especial cuando alguien se emociona al ver mis flores. Me gusta pensar que tienen el poder de transformar un espacio y de cambiar el estado de ánimo de quien las encuentra. Es increíble lo que pueden provocar.