Durante el semestre, los alumnos graduados del Programa Profesional de Madrid Flower School han podido diseñar para el Gran Hotel Inglés. Coordinar el pedido bajo una paleta de colores, recibir y acondicionar la flor, para luego diseñar, ha sido su primer roce con la realidad. Hasta el domingo 14 de noviembre, estarán atendiendo Blossom Tea Pop Up, nuestra primera floristería efímera en un rincón precioso del hall de entrada. Mientras, el restaurante LobByto sirvirá el servicio de té con delicias de 16:00 a 19:00 horas. Su director, Miguel Angel Doblado, es un amante de las flores y sabe del impacto que ellas tienen en los clientes.
Con la Madrid Hotel Week me llegó una invitación: hablar sobre flores y hoteles a gerentes, directores y dueños del rubro. Lo primero que quiero hacer es preguntar al auditorio ¿a quiénes les gustan las flores? Lo segundo, ¿cuántos compran flores semanalmente? Sé que el panorama será desolador. Por una relación de costes que ellos tienen en su cabeza, las flores no entran en la ecuación del modelo de negocio español.
Mientras en el Reino Unido y Francia, un hotel sin decoración floral no sería digno de abrir sus puertas, aquí el ítem lo encuentran molestoso y lustran sus estrellas con flores de plástico. ¿Por qué? Porque significa un tiempo destinado a algo que no tienen idea cómo manejar. Ni siquiera la prestigiosa escuela Les Roches Marbella le dedica espacio en su currículum.
Pero bueno, ya les contaré mi aventura, porque la mesa de la Asociación Empresaria Hotelera de Madrid también se sentará un torero de verdad!